Siempre lo hemos dicho y lo mantenemos. Los chicos del Iberia CF tienen posibilidades, máxime teniendo en cuenta que es su primer año en
la categoría; pero para desarrollar un juego mínimamente eficaz, tienen que
creer en sí mismos y el que han desarrollado ayer, en su conjunto, no es el
mejor que saben hacer. Ni mucho menos.
La goleada endosada por el Monterroso ayer (4-1) debe convertirse en un revulsivo de moral y de esfuerzo para una plantilla que ayer parecía muy
acomodada, esencialmente porque ayer se perdieron tres puntos que de otro modo
bien podrían haberse amortiguado. No
sólo no hemos impedido que el rival hiciera su fútbol , sino que renunciamos al
nuestro y a nuestro buen hacer. Para
estar entre los mejores, hay que serlo y además,… parecerlo.
Flaco favor le hacemos a nuestros chavales si no decimos lo que
pensamos.
Imaginemos a un padre que no reprende a su hijo si no hace los deberes o
no actúa de acuerdo con unas normas establecidas.
Todos debemos de tirar del carro
para sacar los mejores frutos
En Monterroso no se jugó bien, pero más preocupante es que no se hubiesen
puesto las ganas suficientes para ganar, aunque luego el resultado no acompañase.
El gol de Fer, cuando ya perdíamos por tres tantos a cero, no es excusa
para que no hagamos una reflexión medianamente contundente.
Necesitamos recuperar la intensidad de nuestro equipo para estar entre los
mejores y por ello hay que esforzarse en
seguir adelante con nuestras ilusiones renovadas en
cada jornada.
No podemos decir que los chicos del IBERIA ayer lo hubiesen hecho bien,
pero tampoco contábamos encontrarnos , nuevamente, como ocurrió en el campo del
Becerreá con una actuación nuevamente
desafortunada de la Colegiada que dirigió el encuentro, y que, a los problemas
de juego que ya teníamos, descolocó a los chavales, con una cantidad de
tarjetas , que lejos de mantener el orden, lo que hizo fue enardecer a los
nuestros con su actuación desmedida.
Dijimos una vez que la razón no se tiene sólo por ejercer la autoridad,
sino que la razón es la expresión de entendimiento de las diferentes
sensibilidades que hay que saber administrar.
En el IBERIA ya sabemos de ello, y aunque no se puede ni se debe ahondar en
el asunto porque no reporta nada positivo, hoy se hace necesario mencionar una
actuación arbitral que con excesos reiterados sacó tarjetas amarillas a unos
niños, que lejos de enseñarlos, educarlos y al propio tiempo dirijirlos, mostró
la ruindad más absoluta de alguien que no sabe ni dirigirse a sí mismo, porque
no sabe el sitio que ocupa
Que la actuación arbitral haya sido de tal punto desmedida, es de todo punto desproporcionado y contra lo que se pueda pensar, transmite un mensaje inverso a lo que pretende.
Hemos de favorecer el crecimiento futbolístico de los chicos y chicas que cada
día practican el fútbol en nuestros campos.
Nuestros chicos se merecen lo mejor , porque juegan bien al fútbol, porque
tienen la mejor afición y la que más anima.
Gran crónica como de costume xenio. Agora máis ca nunca hai que sentilas cores. FORZA IBERIA!
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